25.2.10

Rencuentro


Pasan a veces años para que un rencuentro suceda, pasa inesperadamente el tiempo y cuando la razón aparece nos damos cuenta que sigue sin suceder. Sucede que cuando vivimos siempre está previsto un rencuentro y basta sólo imaginarlo para vivirlo pero resta mucho la imaginación en el momento de sentirlo. Un rencuentro es quizás la entrada a esa antigua ventana que nunca quisimos ni nos atrevimos a mirar, es quizás la evolución de todos nuestros recuerdos, es posiblemente el camino nunca andado que nos lleva a la felicidad.


Lorenzo recordó que no había cita para rencontrarse con él, paseando con la mirada triste y con un ligero sueter que apenás le cobijaba vió pasar un anciano ya sin dientes, con la joroba cargando por la espalda y las uñas ya negras de los rastros que la vida le fue dejando; el cual le recordaba una llamada pendiente que nunca hizó, le explotaba la cabeza sólo por pensar lo rápido que con nosotros camina el tiempo.


Paso trás paso recordaba las palabras perdidas, la lluvia comenzó a mojarle y poco a poco aquél curioso anciano quedó detrás dejandolé a él ese rencuentro nunca sucedido. Las palabras cuando pasa el tiempo ocurren como si estás no ocurrieran, aquella cita que sin serlo fue perdida le tiene a Lorenzo susurrandole al viento y rompiendose las manos por las ansias locas de desenterrar a su padre.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

¿cuántas lágrimas dormidas en mis labios callaré?
es un gusto volver a leerte.. :)

1:22 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

pasarón dos años para volver a leerte

lj

7:51 p.m.  

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