17.2.07

De brujos y duendes

En un sueño Ricardo vió su cuerpo, su pelo, sus dedos y no pasaba el tiempo; lo besaba y recargado en su pecho nacían locos deseos. Le sueña de madrugada y también naciendo la mañana, cuando despierta nadie cumple sus deseos y ya no está el hombre de aquellos sueños.

Ven que yo te llevo a conocer al hombre de tus sueños, un travieso duende le decía; Ven que yo lo obligo a recorrer los montes sólo contigo, un sabio brujo también le insitía. No necesito de brujos y duendes para cumplir mi sueño, necesito de polvos mágicos hechos de fé con un mucho de deseo y un poco de caramelo, él asumía.
Sólo sueño que tú sueñes y nos encontremos corriendo en el mundo de los sueños, recorrer los lugares más secretos y quedarnos ahí envueltos en agua sabor caramelo. Son los polvos los que soplan el deseo que hay hoy dentro de mí cuerpo; No se trata de brujos y duendes, tampoco de magos y conjuros secretos, es tan sólo el poder inmenso que habita en los sueños.
De brujos y duendes es hacer ver la luna en tus sueños, es guardar en una burbuja nuestros sueños y de madrugada ver soñar también a los cuervos.

12.2.07

Anuncio Clasificado


Ricardo siempre decía que con dos manos se construyen los sueños, que los pies entre espinas siempre caminan, que los dedos por algo son lisos y que sus pocos cabellos erizan a unos cuantos. Con velas encendidas y los dedos cansados, él piensa; piensa en caminar con alguien de la mano, en un viaje sin regreso, en una rara mezcla de alcohol con babas y también piensa que el amor ya se puede encontrar en un anuncio clasificado.
Sin dudarlo toma el teléfono y a la compañia de clasificados llama, lo medita, lo analiza y por miedo cuelga y con los ojos brillando se da cuenta lo difícil que los sentimientos clasificar cuesta.
Los días fueron pasando y un buen día se encontró clasificado, se miró en los anuncios clasificados. Hombre con el corazón roto solicita un hombre cariñoso y debía ser pronto; con experiencia en lavado de heridas, en borrar las huellas que por dentro quedan y en coser las carnes que rotas tiemblan.
No cabía duda que él podía sanar ese corazón roto, no era tarea fácil, pero valía la pena el intentar; al menos cumplía con la mayoría de los requisitos y tenía unos cuantos atributos más. Sabía acariciar y con las caricias hacer temblar, compredía el arte de mirar y con sus hechizantes ojos consolar, la lengua también sabía usar y con ella limpiar y si se trataba de amar estaba dispuesto a intentar.
Resposable del amor son también las letras, los sonidos, las caricias y no sólo el cuerpo que rápido se vende en muchos de los anuncios clasificados. Ofrecer y requerir es la magía de los clasificados, Ricardo dió sus ojos, sus manos, los vellos y la mugre que a veces guardan los codos por tan sólo ver sonreir sus ojos y juntos hacer el amor frente a los loros.

3.2.07

De su mirada


¿Porqué tiene la mirada triste?

Triste de soñar y en algún momento tener que despertar.
Triste de mirar desde la ventana el viento pasar.
Triste de tantas lagrimas derramar sin un pañuelo para secar.
Triste por al amor corretear sin lograr sus pasos tocar.
Triste de con el espejo hablar y el reflejo odiar.
Triste de no tener un tierno recuerdo por guardar.


Llego el tiempo de descansar ....

Silencio


Hay muchas cosas que existen en silencio, basta un pequeño movimiento de labios para matar los silencios. El arma más letal no es aquella con la que el venado se caza, es la acción de quien habla sin cuidado.
Hay quienes sufren en silencio y pegados los labios tienen, vale más callar que con una palabra poder hasta matar. No hace falta hablar para expresar y basta aprender a mirar para después ser lógico y no lastimar al comenzar a hablar.
Primero hay que saber callar y sólo así aprenderás a hablar.