21.3.07

Confesiones frente al espejo


Mira ese chico delgado, de mirada pérdida y sonrisa fingida. - él decía -
Mira aquél joven; el delgado de tez blanca y sonrisa entretenida. - el chico de junto decía -
Haz visto cómo cuando lo veo, agacha la mirada, ¿Qué será lo que esconde?. - él intrigado lo veía -
Aquél joven, el que nunca se ve triste, ¿Qué será lo que oculta?. - sin creerlo se reía -

Son sus dedos tan delgados que de ellos escurren mágicas palabras y se cuelan las hadas. - cuando una nota él leía -
Es su boca tan perfecta, que hasta enojado lindo se vería. - al escuchar cantarle intuía -

Mi mirada está pérdida porque no encuentro el camino para tocarte y compartir una cálida sonrisa. - el chico de junto decía -
No es nada lo que oculto, es tan sólo la alegría de tenerte en mi vida - él decía -

Busca un espejo.


15.3.07

El árbol


Uno
Él se sentó a esperar bajo la sombra del árbol florecido de lilas.
Pasó un señor rico y le preguntó.
-¿qué hace usted, joven, sentado bajo este árbol, en lugar de trabajar y hacer dinero?
Y el hombre le contestó.
-espero
paso una mujer hermosa y le preguntó.
-¿qué hace usted, hombre, sentado bajo este arbol, en lugar de conquistarme?
Y el hombre le contestó.
-espero
paso un chico y le preguntó.
-¿qué hace usted, señor, sentado bajo este árbol, en vez de jugar?
Y el hombre le contestó.
-espero
paso la madre y le preguntó.
-¿qué haces, hijo mio, sentado bajo este árbol en vez de ser feliz?
Y el hombre le contestó.
-espero

Dos
ella salio de su casa dispuesta a buscar.
Cruzo la calle.
Atravezó la plaza.
Y paso junto al árbol florecido de lilas.
Miró rapidamente al hombre.
Al árbol.
Pero no se detuvo.
Había salido a buscar.
Y tenía prisa.
Él, con una sonrisa la vió pasar.
Alejarse.
Hacerse un punto pequeño.
Desaparecer.
Y se quedó mirando al suelo nevado de lilas.
Ella fue por el mundo a buscar.
Por el mundo entero.
En el norte había un hombre con los ojos de agua
Ella pregunto:
-sos el que busco?
-no lo creo.me voy –dijo el hombre con los ojos de agua
y se marcho.
En el este había un hombre con las manos de seda.
-sos el que busco?
-lo siento. Pero no –dijó el hombre con las manos de seda.
Y se marchó
En el oeste había un hombre con los pies de alas.
Ella pregunto:
-sos el que busco?
-te esperaba hace tiempo.
Ahora no –dijo el hombre con los pies de alas.
Y se marchó.
En el sur había un hombre con la voz quebrada.
Ella preguntó:
-sos el que busco?
-no, no soy yo –dijo el hombre con la voz quebrada.
Y se marchó.

Tres.
Ella siguió por el mundo buscando.
Por el mundo entero.
Una tarde, subiendo una cuesta, encontro una gitana.
La gitana la miro y le dijo:
-el que buscas te espera en el banco de una plaza.
Ella recordo al hombre con los ojos de agua.
Al hombre que tenía las manos de seda.
Al de los pies de alas.
Y al que tenía la voz quebrada.
Y después se acordo de una plaza.
Y de un arbol con las flores lilas.
Y de áquel hombre, que sentado a su sombra, la había visto pasar con una sonrisa.
Dió media vuelta y empezó a caminar sobre sus pasos.
Bajó la cuesta
Y atravezó el mundo.
El mundo entero.
Llegó a su pueblo.
Cruzó la plaza.
Camino hacia el árbol florecido de lilas.
Y le preguntó al hombre que estaba sentado a su sombra:
¿qué haces aquí sentado bajo este arbol?
El hombre que estaba sentado en el banco de la plaza le dijó,
Con la voz quebrada:
te espero.
Después levanto la cabeza.
Y ella vió que tenia los ojos de agua.
Le acarició la cara.
Y ella supó que tenia las manos de seda.
La invitó a volar con él.
Y ella supó que tenía tambien los pies de alas...

Gracias Ricardo (Argentina)

12.3.07

Búsqueda


Para que quiero mis ojos, si yo veo a través de los sueños,
para que quiero las piernas, si tengo alas de plumas ligeras,
para que quiero mis labios, si se deshacen con el viento,
para que las manos si de arena estás hecho.

11.3.07

Psiquíatrico "te felicito" V


ricardo: Doctor, hay gente extraña en mi vida, diferente a mi; está el chico divertido y que me invita siempre a sonreir, el que siempre me escucha y siempre me habla, el que me ilusiona pero que discretamente me miente. El que me invita a sonreir es un gran apoyo para mi, Ulises el chico que siempre ahí está escuchandome y hablandome me produce una hermosa tranquilidad vestida de sensación, y un chico muy lindo que hace poco conocí que delicadamente me susurra para que me aleje y tristemente también miente me llevo a mi nueva decepción.

doctor: Esas personas ¿qué tienen que ver en tu vida?

ricardo: sólo se son tres distintas personas, tres distintas voces, tres diferentes narraciones que brindan locas emociones y muchas distracciones. Doctor cuando la gente me toca se rompe el bello hechizo, cuando la gente me besa comienza el suplicio y cuando yo me alejo regresa la mágia a este edificio.

La próxima ocasión le hablaré de la oportunidad de a la gente olvidar y nunca volver a llorar, porque cansado estoy de solo caminar.

4.3.07

Realidad


- Debes no tener miedo a mostrarte tal cómo eres -
Aquí empieza mi historia, muchas palabras llenas de ilusiones y algunas otras de tristes decepciones.
Hace veinticinco años comencé a darle uso a una pequeña cajita de los recuerdos, donde metía pequeños papeles, algunos obsequios, muchos deseos y también caramelos; Hoy que abrí aquella cajita sólo encontre los caramelos, lo demás se deshizo con el tiempo y quizás nunca existieron los papeles y los obsequios, hace veinticinco años imaginaba hasta los besos.
Soy experto en ver espaldas, cuando era niño las veía sin conocer nunca sus caras; soñaba en las nubes saltar y con alguién poder al menos platicar. Me quedé sin manos, sin piernas y sin ojos sólo para no ver la realidad; las manos las perdí intentando a la gente abrazar, mis piernas escapando de aquél lugar y mis ojos se nublaron para no ver tanta maldad.
Muchas cosas me faltarón por conocer; Los payasos en los cumpleaños, los partidos de futból, tener un buen grupo de amigos, no sudar de miedo al despertar y el sabor de la Navidad. Hace veincinco años comenzé a saborear la soledad; Un poco de miedo, dos gotas de dolor, veinte gramos de mí sensible corazón y muchas ganas de oculto estar; Esos son los ingredientes de mí soledad.
No entiendo los caminos la vida ha tomado para mi, no entiendo los silencios que la gente tiene al mirarme, no entiendo las críticas ni tampoco los halágos, no entiendo si ha cambiado mí realidad o si la realidad nunca cambiará, sólo entiendo que debo caminar y en aquél risco tener el valor de con el viento saltar y no volver jamás.